El 18 de marzo de 2020, Costa Rica declaró el estado de emergencia y cerró sus fronteras a los visitantes internacionales. Días después, las playas y los parques nacionales también cerraron al público. Como resultado de estos factores, el turismo (el motor económico de nuestra comunidad costera) prácticamente se paralizó. Esto puso a muchos de los miembros de nuestra comunidad en una posición muy precaria, ya que los negocios cerraron y muchos trabajadores vieron sus horas reducidas considerablemente o se encontraron despedidos por tiempo indefinido.
Los esfuerzos y recursos de SOMOS se dirigieron en gran medida a mitigar los impactos económicos de la pandemia de COVID-19 en las comunidades de Costa Ballena. La respuesta a corto plazo fue brindar seguridad alimentaria mediante ayuda y asistencia de emergencia. Luego, se trabajó junto con organizaciones comunitarias para incubar la creación del Grupo de Ayuda para Desastres de Costa Ballena, que ahora es una organización sin fines de lucro debidamente registrada y en pleno funcionamiento.